L.R.G.
Un año más el festival de la Asociación Española de la Lucha contra el Cáncer abrió la temporada taurina cordobesa. Y un año más el público respondió con su asistencia masiva a la plaza que aunque no se llenó, llegó a los tres cuartos de entrada. El tiempo inestable pudo mermar la presencia de espectadores.
Indistintamente del cartel, muy interesante, esta cita supone una colaboración a una causa más que justa y por eso Córdoba se vuelca con la organización.
Se lidiaron tres ejemplares de Domingo Hernández y tres de Garcigrande, bien presentados y fuertes, algunos derribaron con estrépito y de juego variado, para el toreo a pié y uno de los Espartales, muy bueno, para rejoneo.
Lo mejor de la tarde lo firmó José Luis Moreno tanto con el capote como con la muleta ante un novillo colaborador y noble. Pero una vez mas lo fastidió todo con la espada ( pinchazo, media estocada y descabello) y solo logró una oreja cuando a la faena correspondía un más alto premio.
En el toreo a pie abría cartel Enrique Ponce que no tuvo suerte ni con su enemigo ni con el viento. Se las vio con un novillo soso y sin fuerzas, al que solo pudo arrancarle unos muletazos de calidad. Mató de una estocada y cortó una oreja.
“Finito de Córdoba” solo pudo enhebrar faena por el pitón derecho ya que por el izquierdo no se dejaba el animal. La buena voluntad del diestro no fue suficiente para cuajar la tarde. Mató de pinchazo y estocada casi entera y cortó una oreja.
Por su parte Manuel Díaz “El Cordobés” que realizó un buen saludo capotero no tuvo toro a modo para su estilo de toreo, aunque puso de su parte todo para complacer a un público que lo animó constantemente. Mató mal ( pinchazo, media estocada y seis descabellos) y su labor se silenció.
David Fandila “El Fandi”, siempre un espectáculo con las banderillas, realizó una faena de muleta muy completa. Sufrió una voltereta que le lesionó una costilla. Mató de pinchazo y estocada y aunque el público pidió con fuerza las dos orejas el presidente solo concedió una. La bronca al palco fue monumental.
Cerraba cartel el novillero local Andrés Jiménez “Gallo Chico” tuvo que lidiar un novillo muy encastado que muchas veces mandó en la faena. El chaval, valiente y voluntarioso, recibió dos feas volteretas que no mermaron en absoluto su buena disposición. Mató de dos pinchazos y estocada y fue ovacionado.
El festejo lo prologo el rejoneador Leonardo Hernández con un novillo muy bueno de los Espartales. El joven jinete le realizó una labor muy torera con temple y acierto. Las piruetas y el toreo de costado fueron muy ovacionados. Necesitó de cinco pinchazos y un descabello pié a tierra. El público le premió con una fuerte ovación.
Casi tres horas duró este entretenido festejo que demostró, una vez más, el lazo de unión existente entre el mundo del toro, el pueblo de Córdoba y la Asociación Española contra el Cáncer.-