(5-8-2011)
Ganado: Seis toros de Las Monjas excelentemente presentados, nobles pero carentes de fuerza. El mejor el cuarto al que se aplaudió en el arrastre.
Juan Manuel Benítez: pinchazo y estocada ( ovación con saludos) y media atravesada y ocho descabellos ( vuelta al ruedo).
César Jiménez: estocada (oreja) y cuatro pinchazos, estocada tendida y dos descabellos (ovación con saludos, tras aviso).
Iván Fandiño: media estocada y dos descabellos (palmas) y dos pinchazos, estocada tendida, trasera y contraria ( silencio).
Incidencias: la plaza registró un cuarto de entrada en tarde de temperatura agradable. Los tres espadas se presentaban en Villanueva.
Poco que contar de la corrida de toros celebrada en Villanueva de Córdoba con motivo de sus ferias y fiestas populares. Seguramente la crisis y lo poco atractivo del cartel auspiciaron una pírrica entrada en los tendidos. A lo aburrido de la tarde contribuyeron, a partes iguales, toros y toreros. Aquellos con su poca fuerza y sosería, y estos, seguramente contagiados, por no pisar el acelerador. La verdad es que con este panorama no se consigue atraer público a los tendidos, y si además el que asiste tampoco se divierte, pues ya me dirán.
Abrió cartel Juan Manuel Benítez que acusó la falta de festejos. Su actuación, muy anodina, ya se vislumbró en los capotazos de recibo donde no asentó la planta en ninguno de sus dos enemigos. Su primera faena, con toreo muy despegadillo, fue inestable con muchos enganchones al final de los muletazos. En el cuarto, el mejor del encierro por movilidad y nobleza, no estuvo a la altura. Aunque el comienzo de faena, con dobladas muy toreras, auguró que esta tomaría vuelo, enseguida se vio que el animal estaría muy por encima de su matador. No acabó de cuajar su labor ante un toro que mereció mucho más.
César Jiménez, con mucho mas sitio, cumplió en el saludo capotero a sus dos toros con verónicas a pies juntos. Templo muy bien a su primer enemigo toreando en redondo y cuando se pasó la franela a la mano izquierda, el animal se derrumbó en medio de la serie y ya fue imposible mantener el ritmo. Y eso que le cuidó mucho. En el quinto, realizó una faena intermitente con mucho tiempo muerto, logrando meter al toro en la canasta cuando ya todo estaba hecho, sin posibilidad de calentar suficientemente al tendido.
Cerraba la tarde Iván Fandiño, que viene pisando fuerte en sus últimas actuaciones y que dejó retazos de su calidad. En ambos cumplió con el capote, sin más. La faena al tercero fue de más a menos, donde dibujó una buena serie con la derecha, aunque con la zurda los muletazos resultaron sin limpieza al dar el toro un tornillazo al salir de los vuelos de la tela. En el que cerró plaza faena insulsa ante un toro mirón de arrancada incierta.
En resumen, poca tela que cortar en un momento en que la Fiesta necesita de todos los argumentos posibles para remontar el vuelo.- L.R.G.