Fotos de Ladis. Sacadas de la revista "La Montera".
Por El Zubi
La despedida de Manuel Benítez “El Cordobés” fue sin duda para mí lo más destacable de aquella Feria de Córdoba del 2002. Su presencia en el ruedo siguió irradiando espectáculo, emoción y diversión, como producto de su tremenda y seductora personalidad, de esa complicidad que sabe mantener con el público, y lo que es más importante, lo que le falta al toro se lo puso él. Lo de "el Benítez" fue un caso único e irrepetible en la historia de la Tauromaquia.
Lo cierto es que en esto de torear, la disposición de los toreros en el ruedo es algo fundamental y lo que marca las diferencias, al margen de las cualidades personales de cada uno. El día anterior a la despedida de El Cordobés, vimos en el coso de Los Califas a un par de toreros amargados y tristes (me refiero a Morante y a Finito, que no a José Luis Moreno), no sé sí porque tenían a alguien de la familia malo o porque encontraron un atasco grande al ir hacia la plaza o es que estaban cansados y con la digestión mal hecha…o simplemente habían discutido con la suegra... Toreros que no ponen nada de su parte ante un toro con dificultades, no arriesgan, no educan al toro y dicen para sus adentros: “como tu no embistas yo no voy a mover ni un dedo”. Lo cierto es que los toros eran iguales de mansurrones que los del día siguiente y Manuel Benítez “El Cordobés” salió a la plaza alegre, seguro, como si le hubiera tocado la lotería, se hubiera casado de nuevo o se hubiera comprado un automóvil nuevo y otra finca, derrochando ilusión y ganas y lo demostró en el ruedo, con el segundo de su lote. Con 66 años, este veterano torero sigue teniendo intacto su mejor tesoro, el valor, la personalidad y muchos “cojones” (con perdón de la palabra) pues se jugó la vida varias veces con un mérito extraordinario. Estuvo por encima de sus dos toros. Al segundo de su lote le sacó todos los pases que no tenía y le dio alegría a su faena. En un par de ocasiones fue casi una máquina de cortar en rodajas de mortadela al mansurrón “juenpedro”. Actitudes estas que muchos jóvenes toreros deberían de adoptar. Debo de confesar que siempre fui “cordobesista” y que el pasado 1 de junio disfruté muchísimo, pues “El Cordobés” por momentos me quitó a mí y a mis amigos treinta años de encima. A esta despedida acudí a Los Califas con mis amigos de la infancia de Lucena: Aurelio García Álvarez, Manolo García Tubio y Rafalin Montes Torres. “El Cordobés” consiguió emocionarnos a todos, incluso a mi amigo Aurelio, que es muy purista y muy exigente en esto del toreo, no podía disimular la emoción del momento con una risilla nerviosa que le traicionaba. Y es que “el Benítez” es mucho “Benítez” y a pesar de los años sigue conservando intacta toda su personalidad, solo que ahora el “salto de la rana” lo hace mas torpemente que antes. Pero yo también estoy ya canoso, "calvereta" y hasta barrigón, amigo mío, que los años pasan para todo el mundo igual. Sin embargo el que “tuvo retuvo” y “El Cordobés” sigue teniendo la fuerza de un ciclón. Por eso creo que se merece no sólo el V Califato sino el VI y VII, porque en la historia del toreo ha marcado un hito tan importante como lo marcó Manolete, Guerrita, Belmonte o Joselito El Gallo. Gracias Manuel Benítez por haber sido torero de Córdoba y por haber hecho que nos sintamos tantas veces orgullosos de ser cordobeses. Gracias por habernos dado tantos ratos de felicidad y emoción. Qué vivas muchos años más con la vitalidad que todavía tienes.
Lo cierto es que en esto de torear, la disposición de los toreros en el ruedo es algo fundamental y lo que marca las diferencias, al margen de las cualidades personales de cada uno. El día anterior a la despedida de El Cordobés, vimos en el coso de Los Califas a un par de toreros amargados y tristes (me refiero a Morante y a Finito, que no a José Luis Moreno), no sé sí porque tenían a alguien de la familia malo o porque encontraron un atasco grande al ir hacia la plaza o es que estaban cansados y con la digestión mal hecha…o simplemente habían discutido con la suegra... Toreros que no ponen nada de su parte ante un toro con dificultades, no arriesgan, no educan al toro y dicen para sus adentros: “como tu no embistas yo no voy a mover ni un dedo”. Lo cierto es que los toros eran iguales de mansurrones que los del día siguiente y Manuel Benítez “El Cordobés” salió a la plaza alegre, seguro, como si le hubiera tocado la lotería, se hubiera casado de nuevo o se hubiera comprado un automóvil nuevo y otra finca, derrochando ilusión y ganas y lo demostró en el ruedo, con el segundo de su lote. Con 66 años, este veterano torero sigue teniendo intacto su mejor tesoro, el valor, la personalidad y muchos “cojones” (con perdón de la palabra) pues se jugó la vida varias veces con un mérito extraordinario. Estuvo por encima de sus dos toros. Al segundo de su lote le sacó todos los pases que no tenía y le dio alegría a su faena. En un par de ocasiones fue casi una máquina de cortar en rodajas de mortadela al mansurrón “juenpedro”. Actitudes estas que muchos jóvenes toreros deberían de adoptar. Debo de confesar que siempre fui “cordobesista” y que el pasado 1 de junio disfruté muchísimo, pues “El Cordobés” por momentos me quitó a mí y a mis amigos treinta años de encima. A esta despedida acudí a Los Califas con mis amigos de la infancia de Lucena: Aurelio García Álvarez, Manolo García Tubio y Rafalin Montes Torres. “El Cordobés” consiguió emocionarnos a todos, incluso a mi amigo Aurelio, que es muy purista y muy exigente en esto del toreo, no podía disimular la emoción del momento con una risilla nerviosa que le traicionaba. Y es que “el Benítez” es mucho “Benítez” y a pesar de los años sigue conservando intacta toda su personalidad, solo que ahora el “salto de la rana” lo hace mas torpemente que antes. Pero yo también estoy ya canoso, "calvereta" y hasta barrigón, amigo mío, que los años pasan para todo el mundo igual. Sin embargo el que “tuvo retuvo” y “El Cordobés” sigue teniendo la fuerza de un ciclón. Por eso creo que se merece no sólo el V Califato sino el VI y VII, porque en la historia del toreo ha marcado un hito tan importante como lo marcó Manolete, Guerrita, Belmonte o Joselito El Gallo. Gracias Manuel Benítez por haber sido torero de Córdoba y por haber hecho que nos sintamos tantas veces orgullosos de ser cordobeses. Gracias por habernos dado tantos ratos de felicidad y emoción. Qué vivas muchos años más con la vitalidad que todavía tienes.
Como siempre un placer leerte, Zubi. Saludos desde España.
ResponderEliminarGracias amigo, por leerme y por tu comentario. Aquí sigo al pie del cañón, haciendo lo que se puede lo mejor que puedo. Todavia tengo muchas balas en el cargador, algunas de ellas muy buenas. Un abrazo y sigue abonándote a Larga cordobesa.
ResponderEliminar"Larga Cordobesa"
ResponderEliminarProfuso rimero
de textos
con sabor terero,
que saben a limón,
a menta y a fresa.
Un brindis para El Zubi,
su cocinero.
Pues ya lo sabe entender
hasta arriba, en Santander
Gracias amigo, eres un monstruo de la rima y un artista. Tu si que tienes sabor torero y de buena gente. Un abrazo muy fuerte....y ya queda menos para ir a Llanomojao. A ver si deja ya de llover.
ResponderEliminartengo 63 años, vivo en brasil,desde hace un años, pero cada tres o cuatro meses vuelvo a España, Son los toros lo único que en esta tierra echo de menos. Cada tarde suelo ver un capitulo de "tierra de Toros" o de Juncal, o una pelicula antigua de mi juventud, como "El Litri y su sombra" o "Aprendiendo a Morir", esto me hace por unos momentos, recordar mis raices y mis anhelos. De joven quise ser torero, e incluso actue de luces dos veces pero ha sido ahora a la madurez, cuando mas desarollo esta afición,toree en un tentadero hace dos años con el V califa, despues de torear magistralmente una vaca, pidieron un aficionado, y cual fué sudorpresa,cuando me vió salir a mi del burladero, con la muleta en la mano,su comentario primero se lo hico aManuel roriguez "chato Lora" que estaba en el burladero con él fué el siguiente "Esto es mucha vaca pafra ese hombre. Intenté por dos veces, con la mano derecha pero la vaca, pero se me colo, por lo que cogí la izquierda y ahí si fue, le di una tanda de cinco y rematé con el de pecho. Terminé y me dió un abrazo dos dias despúes estando en villalobillos, donde daba un festival, en el que torearonsus hijos con él, me presentó al Tato y al Litri (Hijo) y les dijo "conoceis a este, pues no veas como torea". Saben como me sonó este comentario, hecho por el mas grande hacia un aficionado que no llegó a nada en el toro. Eso no se me olvidará pormuchos años que viva. Un saludo.
ResponderEliminarQuerido amigo en la lejania. Gracias por su comentario y por su relato. Sepa que le admiro por el simple hecho de tener el valor de hanerse puesto delante de un toro o de una vaca brava, que son tan peligrosas como un toro. Nunca he tenido yo el valor de hacerlo porque siento un miedo terrorífico, y ni mi gran afición ni mi frustrada vocación de haber deseado tambien haber sido torero han podido quitarme esa frustración de haberme puesto alguna vez delante de un torete, y sentir que la negra muerte con cuernos blancos roza mi bragueta mientras le pego cinco o seis pases con la muleta, con el ansia de rozar la gloria con los dedos después de hacerlo. Yo también me he ralacionado con Manuel Benitez, en su intimidad de Córdoba y es efectivamente ese personaje entrañable y cercano al que siempre seguiré admirando. Hoy y mañana dedico dos capítulos finales sobre su V Califato, que es el pago de la deuda que la ciudad de Córdoba tenía pendiente con él y que ya saldó con este personaje universal que llevó el nombre de la ciudad hasta el último confin de nuestro planeta. Un fuerte abrazo y me encantaria algun dia poder conocerle y charlar de toros un ratito con usted. Saludos cordiales.
ResponderEliminar