El mayoral de la ganadería de Alcurrucen Ángel y su esposa Fili hace casi dos años criaron con biberón un becerrito cuya madre se partió una pata y hubo de ser sacrificada. Esa historia ya la contamos y el animal, de nombre “Volador”, se encuentra en la dehesa con los otros toros, pero sigue manteniendo esos lazos de amistad con sus criadores.
Ahora se encuentran inmersos en otra vivencia parecida, pero con una hembra, una becerrita cuya madre la abandonó al nacer. Ángel se la encontró acurrucada entre la maleza y la trajo a casa donde a base de biberones la han sacado para adelante. La historia se repite con final feliz. Esta becerrita, de nombre “Flautista” como su madre, vive entroncada en la familia. Duerme con los perros y pierde la cabeza por un buen tomate o una tajada de sandía fresquita, sin hablar de las galletas que Fili le da todas las tardes.
Hemos estado en la finca de Alcurrucen en el término de Pedro Abad, con algunos niños, y hemos podido comprobar in situ la nobleza de esta simpática vaquita que aguantó impertérrita las caricias de los peques. El futuro que le espera al animal es pasar a formar parte de las vacas de vientre de la ganadería y esperar a ver si sus descendientes nacen con la bravura que caracteriza a este legendario hierro. Una nueva historia tierna y agradable de la cabaña de bravo que hemos querido que todos sepan.- L.R.G.
Una gran Familia, que entrega todo su cariño y esfuerzo en la cría de esos animales.
ResponderEliminarConozco personalmente a Ángel y es una gran y excelente persona.
Un saludo para ellos desde Pontevedra.