domingo, 31 de enero de 2010

MANUEL FUENTES “BOCANEGRA”, SIN DEJAR DE TOREAR NUNCA, MURIÓ EN LA MAS ABSOLUTA POBREZA



Por El Zubi
Manuel Fuentes Rodríguez “Bocanegra”, fue un matador de toros que nació en la ciudad de Córdoba el 21 de marzo de 1837, y murió en Baeza (Jaén) el 21 de junio de 1889, a causa de la cornada que le dio un novillo, a la edad de 52 años. Era hijo del banderillero Manuel Fuentes “Canuto”. Empezó en esto de torear desde muy joven, como banderillero con “Pepete” junto a “Caniqui” y con el diestro Manuel Domínguez que influyó mucho en su forma de entender e interpretar el toreo. Domínguez fue quien a la postre le dio la alternativa un 31 de agosto de 1862 en el Puerto de Santa María (Cádiz), donde ese día mató cuatro toros al lesionarse Domínguez. El 5 de mayo de 1864 le confirmó la alternativa en Madrid Curro “Cúchares”.
En esos años emuló en los carteles con el mismo “Lagartijo”, que se convirtió en una amarga sombra que oscureció y empequeñeció al valiente “Bocanegra”. Ambos tuvieron varias desavenencias a lo largo de sus vidas aunque fueron buenos amigos.
Desde 1869 dejó de estar en forma debido a una enfermedad venérea que le afectó a la vista y le apartó cuatro temporadas de los ruedos. Ahí empezó su declive. Comenzó a estar muy obeso y perdió facultades viniendo a menos. Su vida comenzó a ser difícil y azarosa. El 16 de junio de 1889 toreó por última vez en Madrid sustituyendo a “Frascuelo”. El último toro que mató se llamaba “Chaparro” de la ganadería de don Agustín Solís. Desde entonces su situación económica fue de mal a peor, llegando a estar en el umbral de la pobreza.
Cuatro días después, el 20 de junio de 1889 Manuel Fuentes acudió como espectador a una novillada que se celebraba en Baeza (Jaén) para muchachos principiantes. Salió en cuarto lugar el novillo “Hormigón”, un colorao, grande y de mucha cuerna, de la ganadería de Agustín Hernández. El pánico se apoderó de la cuadrilla ante tan descomunal novillo que derribó de mala manera a los picadores. Los novilleros no se atrevían a hacer el quite a los pobres picadores y, “Bocanegra” que estaba sentado en los tendidos, solicita y obtiene permiso de la presidencia para enfrentarse al morlaco. Manuel Fuentes bajó al ruedo con su sobrino Rafael Ramos “El Melo”. “Bocanegra” se acercó al novillo y le hizo el quite. El toro le persiguió y como en muchas ocasiones hizo hilo con el torero que no pudo llegar a tiempo al burladero. “Hormigón” lo enganchó por el muslo derecho, cayendo segundos mas tarde desprendido de los cuernos malherido en medio de la plaza. En la enfermería se le apreciaron fuertes varetazos y una cornada de 40 centímetros de extensión por 8 de profundidad que le llegaba hasta la cadera. A las pocas horas le sobrevino una peritonitis a consecuencia de los grandes destrozos intestinales que el novillo le causó. Al día siguiente, el 21 de junio de 1889 murió el desgraciado matador de toros cordobés.
Manuel Fuentes “Bocanegra” fue un torero serio, seguro y reposado, nada dado a las filigranas ni florituras de cara a los tendidos. Decían las crónicas de esa época que los toros lo cosieron a cornadas a causa de su falta de agilidad. En todo caso, este torero cordobés siempre fue poco afortunado pues estuvo toreando hasta el último día de su vida y resulta que murió a los 52 años pobre de solemnidad.

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